The Guardian Finanzas: Disculpas de HSBC se leen como una admisión de que el manejo bancario se había dormido durante años.
Nils Pratley guardian.co.uk
La disculpa de HSBC obtuvo buenos resultados en extensión y frases cortas. Su presidente Douglas Flint dedicó la mayor parte de su tres y media páginas de declaración a "los errores del pasado" y lo que el banco ha aprendido, sobre todo en México, donde los controles de lavado de dinero fueron más laxos. El presidente ejecutivo, Stuart Gulliver dió seguimiento con una rociada liberal de palabras tales como "vergonzosa" y "vergonzoso" y una promesa de que el banco "lo hace".
¿Y qué con lo aprendido ? ¿Somos más sabios sobre cómo HSBC podría llegar a ser acusado por un comité del Senado de EE.UU. de tener una "penetradamente contaminada" cultura? Eso es más difícil decir desde que la explicación oficial es que el banco tenía la estructura equivocada. La federación, se nos dice, se compone de demasiados feudos nacionales que fueron tolerados y la central estaba desconcertada por su complejidad. A ver: HSBC había sido manejado como una federación desde 1865. ¿Qué causó el sistema a ir tan mal después de 140 años?
Uno de los ingredientes puede haber sido la lentitud del banco - o los bancos, ya que HSBC no es el único aquí - en el reconocimiento de que las autoridades estadounidenses, en su esfuerzo por combatir el tráfico de drogas, cabría esperar grandes jugadores en el sistema financiero para que desempeñen su papel. Ese parece ser el significado de la declaración de Flint que "como los que tratan de explotar el sistema financiero adaptan constantemente su enfoque y nosotros tenemos que ser incansables y más innovadores en nuestros propios esfuerzos por detenerlos".
Pero, visto en el contexto de las revelaciones de lavado de dinero que iban desde 2004 hasta 2010 se leen como una admisión de que el manejo bancario se había dormido durante años. No se trata sólo de que HSBC tenía la estructura equivocada - es también que la junta tuvo una larga época para despertar al problema. Flint y Gulliver, ambos oficiales de alto rango muchos años de servicio del banco, lo habrían hecho mejor si lo aclararan. Después de un depósito de 700 millones de dólares (y lo más por venir), los inversionistas tienen todo el derecho a esperar una explicación más clara de dónde y cuándo los errores podrían haber sido vistos con anteriodidad por la junta. Ese fue el elemento que faltó en la disculpa de HSBC.
La disculpa de HSBC obtuvo buenos resultados en extensión y frases cortas. Su presidente Douglas Flint dedicó la mayor parte de su tres y media páginas de declaración a "los errores del pasado" y lo que el banco ha aprendido, sobre todo en México, donde los controles de lavado de dinero fueron más laxos. El presidente ejecutivo, Stuart Gulliver dió seguimiento con una rociada liberal de palabras tales como "vergonzosa" y "vergonzoso" y una promesa de que el banco "lo hace".
¿Y qué con lo aprendido ? ¿Somos más sabios sobre cómo HSBC podría llegar a ser acusado por un comité del Senado de EE.UU. de tener una "penetradamente contaminada" cultura? Eso es más difícil decir desde que la explicación oficial es que el banco tenía la estructura equivocada. La federación, se nos dice, se compone de demasiados feudos nacionales que fueron tolerados y la central estaba desconcertada por su complejidad. A ver: HSBC había sido manejado como una federación desde 1865. ¿Qué causó el sistema a ir tan mal después de 140 años?
Uno de los ingredientes puede haber sido la lentitud del banco - o los bancos, ya que HSBC no es el único aquí - en el reconocimiento de que las autoridades estadounidenses, en su esfuerzo por combatir el tráfico de drogas, cabría esperar grandes jugadores en el sistema financiero para que desempeñen su papel. Ese parece ser el significado de la declaración de Flint que "como los que tratan de explotar el sistema financiero adaptan constantemente su enfoque y nosotros tenemos que ser incansables y más innovadores en nuestros propios esfuerzos por detenerlos".
Pero, visto en el contexto de las revelaciones de lavado de dinero que iban desde 2004 hasta 2010 se leen como una admisión de que el manejo bancario se había dormido durante años. No se trata sólo de que HSBC tenía la estructura equivocada - es también que la junta tuvo una larga época para despertar al problema. Flint y Gulliver, ambos oficiales de alto rango muchos años de servicio del banco, lo habrían hecho mejor si lo aclararan. Después de un depósito de 700 millones de dólares (y lo más por venir), los inversionistas tienen todo el derecho a esperar una explicación más clara de dónde y cuándo los errores podrían haber sido vistos con anteriodidad por la junta. Ese fue el elemento que faltó en la disculpa de HSBC.
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